Podría daros mil razones, de hecho no os vais a librar, pero simplemente os diré que, una escapada a Navarra es un planazo para aquellos que, viajéis en familia o no, os encanta la naturaleza, perderos entre bosques, conocer pueblitos espectaculares, el buen yantar… y si además valoráis el poder compaginarlo con otra de vuestras pasiones, la bici, este es vuestro lugar.
Aterrizamos en la aldea de Zuhatzu tal que un puente de Noviembre y nada más conocer a Arantxa, de la Casa Loperena, intuimos que esta salida iba a ser especial, era el sitio perfecto como «campo base» para explorar la zona, detrás de esas cortinas se escondían muchos tesoros naturales por descubrir.
Zuhatzu está situado en el valle de Arakil, en Navarra, entre las localidades de Satrústegui y Ekai, más o menos a 18 km de Lekunberri, de donde parte este tramo de la vía verde del Plazaola, nuestro principal objetivo.
Tip: Nosotros, como buenos adictos a la bici, hemos acudido a este lugar siguiendo la llamada bicivoladora, pero la zona es espectacular para visitarla andando, en coche, en furgo o como más os plazca. Se encuentra entre el parque natural de la sierra de Aralar, con el segundo hayedo en extensión de Navarra y un impresionante conjunto de monumentos megalíticos, la sierra de Andía y la sierra de Urbasa, que desde hace un tiempo forman el Parque Natural de Urbasa-Andía. Encontraréis información muy completa de la zona en la página del consorcio turistico del plazaola
Comenzamos. Nuestras bicis esperan impacientes.
La Vía Verde del Plazaola ha recuperado más de 50 kilómetros entre Pamplona y Andoain por el trazado del Plazaola, primer tren que unió Pamplona con San Sebastián entre 1914 y 1953 y que, en su inicio, fue un modesto tren minero que comunicaba las minas de Plazaola con la estación del ferrocarril del norte en Andoain.
Actualmente, el tramo mejor acondicionado es aquel desde Lekunberri (Navarra) hasta Andoain (Guipúzcoa), unos 40 km, pudiéndolo hacer sin interrupciones. Este es el tramo que hicimos nosotros.
Existe también una sección de 12 kilómetros que finaliza en las inmediaciones de la presa de Irurtzun, en dirección a Pamplona, e inicialmente nos habíamos planteado hacer el recorrido entero, somos unos aguerridos, pero al consultar varias fuentes, parece que a 2 km de la estación de Lekunberri, el trazado original se interrumpe, teniendo que continuar por uno alternativo que lleva, a través de unas escaleras, al pueblo de Mugiro. Ésto cargando con carritos y niños iba a convertirse en una epopeya, así que, cambiamos de plan e iniciamos ruta pekebiker en la estación de Lekunberri, donde se encuentra la oficina de turismo. Podéis encontrar la ficha completa de la vía en la página de nuestros queridos amigos de vías verdes.
Tip logístico: y os preguntaréis ¿estos machacas se han hecho 40 Km ida con sus 40 de vuelta en un día? No, no somos tan machacas, aunque ganas non nos faltan; nos aprovechamos vilmente del intrépido del grupo, Luisito, que se levantó con el crepúsculo, se fue a Andoain para dejar el coche allí y volvió rodando hasta llegar a nuestro encuentro y hacer la vía de nuevo con nosotros. Pero si no disponéis de un Luisito o «voluntario» que os resuelva la papeleta, en la Kantina del Plazaola alquilan bicis y disponen de un servicio de recogida para traerlas de vuelta. Tienen página de facebook con un teléfono al que podéis llamar, bicicletas vía verde del Plazaola. Otra opción es hacerlo con alforjas y dormir en Andoain, y si por un casual os planteáis pedalear en sentido contrario al nuestro, tened en cuenta que, aunque no tiene mucho desnivel, pica un poco hacia arriba.
Y a partir de Lekunberri, pura poesía.
Empezamos a rodar como el vagón del Plazaola, entre montañas y valles, ovejas churras adornando el paisaje, y silencio. El Plazaola nos regaló el mejor sol otoñal, con colores teñidos de ocre. Deseamos que el día no acabara nunca, ese fue nuestro sueño.
Ni que decir tiene que los que más mérito tuvieron fueron nuestros pekebikers Pablo y Diego, que con sus 7 y 9 años hicieron los 40 Km enteritos y sin rechistar, de hecho parecían felices y todo.
Ascendemos ligeramente durante 7 km hasta llegar al famoso túnel de Uitzi, que con sus 2,7 km, durante mucho tiempo fue el más largo de la península. Para los niños fue una auténtica aventura, estaban emocionados. El túnel está iluminado por un sistema de sensores pero, aun así, es recomendable llevar un frontal o luz en la bici, ya que a ratos está muy muy oscuro y se hace difícil intentar no atropellarnos los unos a los otros.
Desde la salida de Uitzi hasta Leitza hay otros siete pequeños túneles, emoción asegurada. En total hay 14 en la vía verde, imaginaos a la prole, había de todo, gritos, aullidos y bastante fresquito por cierto.
Seguimos surcando los valles de Larraun y Leitzarán, que unen tierras de Navarra y Guipúzcoa, un auténtico paraíso natural. Afortunados nos sentimos de poder pedalear entre sus frondosas laderas de hayas y robles.
Durante todo el camino hay multitud de lugares casi idílicos donde poder parar para coger algo de fuerzas y seguir el camino, nosotros lo hicimos cerca de Leitza; y es que nos encontramos con uno de esos lugares que invitan a echarte el siestorro de tu vida, de los de babilla, de esos de los que cuesta levantarse un mundo.
Continuamos nuestro camino y ahora sí que se trata de un descenso bastante cómodo de 26 km hasta Andoain, así que relájense y disfruten.
En nuestro caso no teníamos tiempo para poder parar en Leitza, íbamos a ritmo pekebikers y en noviembre anochece pronto, pero pudimos divisar, a lo lejos, el torreón de la iglesia de San Miguel, y por lo que hemos oído el pueblo bien merece una parada.
Llegábamos casi de noche a Andoain, pero muy felices y con una cantidad de barro en nuestros cuerpos serranos que ni os imagináis; y es que otro detalle de la aventura «tunelística» es que los susodichos estaban llenos de charcos y como a ratos se ve muy poquito, íbamos salpicándonos unos a otros sin piedad. Debía de ser peor de lo que imaginábamos, y mira que nos sentíamos muy guarros, porque nos dimos cuenta de que la gente se daba la vuelta a nuestro paso.
Pero como ya os adelantábamos al principio, ahí no acaba nuestra escapada por tierras Navarras, teníamos dos días por delante para explorar la Sierra de Aralar. Como podéis suponer la zona invita a mil y una actividades varias.
En nuestro caso elegimos las que os indicamos a continuación, porque son compatibles con pekes a los que les cuesta aún caminar largas distancias, pero que se mueren por explorar, saltar rocas, esconderse entre árboles y visitar cuevas secretas.
- La siguiente parada fue la Cueva de Mendukilo, en Astitz, la puerta a las entrañas de Aralar. La entrada externa de la cueva es simplemente inmensa, parece que la usaban los pastores como establo hasta que aventureros y espeleólogos descubrieron lo que se escondía detrás de esa enorme boca. Se acondicionó para su visita hace relativamente poco, en el 2005, con un recorrido de 1 hora, por lo que es ideal para hacerlo con los pekes, eso sí, tendréis que conseguir que guarden silencio, ya que si la visitáis en invierno, puede haber pequeños murciélagos hibernando a los que, por supuesto, no debemos molestar. Nosotros estuvimos a mediados de noviembre, en pleno veroño, de hecho estábamos en tirantes en navarra, de ahí que los murciélagos, víctimas inocentes del calentamiento global, estuvieran algo despistados, y mientras unos hibernaban otros estaban viéndolas venir. Para la visita es recomendable llamar y reservar en su web, comprobar horarios de visita y demás, las chicas que lo llevan son majísimas y el entorno de cuento.
- Otra propuesta que no puede fallar es adentrarse en la Sierra de Aralar y visitar el Santuario de San Miguel Excelsis, construido junto a la cima del monte Artxueta. Cuentan que la sierra, desde la prehistoria, era «lugar sagrado y sus bosques, simas y cavernas, hogar de dioses y genios». En la edad media se instauró aquí el culto a San Miguel, venerado en multitud de templos de Navarra. A nosotros nos encantó la leyenda, parece que en tiempos de los visigodos, el pobre Teodosio de Goñi era un caballero al que se veía vagando arrastrando unas pesadas cadenas, como penitencia tras haber matado, por engaño del demonio, a sus padres; invocó a San Miguel para vencer al demonio que se apareció en forma de dragón, el arcángel acabó con el dragón y liberó a Teodosio de las cadenas, y éste, en agradecimiento, levantó allí el santuario, convirtiéndolo en lugar de culto. Os lo recomendamos, a los pekes les encantó el entorno, tiene unas vistas especulares, y si además la visita incluye leyenda, éxito asegurado.
- Por último, os recomendamos una excursión cortita pero disfrutona, circular, de unos 5 km, ideal por tanto para familias. Se trata de los nacederos de Iribas. La ruta comienza en Iribas, relativamente cerca de Lekunberri. El primer nacedero es el del río Ertzilla y el segundo el de Larraún. El río Ertzilla nace en las múltiples cuevas subterráneas de la sierra de Aralar, y tras recorrer un kilómetro y medio aproximadamente, es engullido por la tierra para reaparecer nuevamente otro kilómetro y medio más adelante y emerger esta vez como río Larráun. Al llegar al pueblo hemos de seguir el cartel indicativo que nos lleva hasta el nacedero Aitzarrateta. El camino serpentea entre castaños, robles y avellanos a lo largo del río Ertzilla hasta llegar al primer nacedero, el de Aitzarrateta, espectacular, lo reconoceréis por el sonido de la cascada, un sitio de cuento. El camino de vuelta en busca del siguiente nacedero también merece la pena, os recomendamos buscar el sumidero del Ertzilla, la sima de Lezegalde y el nacedero Basakaitz. Tenéis un mapa e información completa de la excursión aquí, no os la podéis perder.
Terminamos nuestra fabulosa escapada a tierras navarras en Iribas jugando, una vez más, en el frontón, como viene siendo habitual estos días.
Nos vamos con mucha pena, porque nos dejamos muchas cosas por ver y sitios por explorar, pero así nos quedan más ganas de volver. Y a vosotros, ¿a que se os han puesto los dientes largos?
Pues ya estáis preparando bici, mochila y demás aperos para alguno de los próximos puentes primaverales, no os arrepentiréis. Podéis descargar el track aquí.
¡Hasta pronto!
Gracias por tan detallada ruta, la haremos este agosto.
Fenomenal Nadia, ya nos contareis! Un abrazo
Es un planazo esta ruta. ¿Sabeis si hay opción de alquilar bicis? En la Senda del Oso , Asturias lo hicimos así. Gracias por la ruta tan detallada
Hola Blanca,
Gracias por tu comentario 🙂 La ruta es preciosa, muy recomendable. Alquilan bicis en la Kantina del Plazaola, en Lekumberri. Creo que también alquilan sillas de niño y barras para ir con los más pekes. Te dejamos el link. A disfrutarla 🙂 Un abrazo y ya nos contáis qué tal la experiencia.
http://www.plazaola.org/es/node/1062
Acabamos de venir de pasar una quincena en Navarra, y esta es una de las rutas en bici que hemos hecho, en parte animados por vosotras.
Por ahora es la vía verde más bonita que hayamos hecho, y está entre los mejores recorridos en bici que conozcamos.
También rodamos la vía verde del Bidasoa, que aunque es bonita y muy recomendable, no alcanza la belleza de esta.
Nosotros preguntamos en la Kantina por el transporte y nos dijeron que sólo lo organizaban para grupos de 6 personas o más. Buscando en internet dimos con un taxista con furgoneta que podía meter nuestras 2 bicis y la sillita en el maletero. El trayecto Andoain-Lekunberri nos salió por 42 euros. Por si a alguien le interesa el contacto:
Soroa 609168217
Nos comentó que estaba pensando en adquirir algún remolque/enganche para llevar más bicis.
Gracias Blanca por tu valiosa información, actualizaremos la web con el dato de taxista, que es muy útil
Hola,
Tenemos muchas ganas de hacer la Vía Verde. Algún lugar económico de alojamiento en Andoain? Gracias!!!